Tristeza, falta de energía y de interés, irritabilidad, pérdida de deseo… Son síntomas característicos de la depresión que a menudo pasan desapercibidos o se interpretan como sensaciones propias de una fase difícil. Sin embargo, si no se abordan a tiempo, estos síntomas pueden gradualmente tomar el control de la vida de una persona, resultando en un deterioro en diversos aspectos de su vida, como lo personal, familiar, social, educativo y laboral. Por tanto, es fundamental comprender la naturaleza de la depresión, su manifestación y su posible impacto en la dinámica de una relación de pareja.
Depresión: síntomas y diagnóstico
La depresión representa un trastorno en el estado emocional que afecta de manera notable a una amplia población global. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que alrededor de 280 millones de individuos en todo el mundo sufren de depresión. Esta condición mental, especialmente cuando es recurrente o de gravedad moderada a intensa, conlleva alteraciones en el estado de ánimo que pueden generar un considerable sufrimiento en quienes la padecen.
Un estado anímico deprimido se caracteriza por la presencia de sentimientos de tristeza, irritabilidad o una sensación de vacío. Con frecuencia, se acompaña de una pérdida de interés o placer en actividades que anteriormente resultaban gratificantes o significativas para la persona. Además, es común experimentar dificultad en la concentración, sentimientos de culpabilidad, una autoestima reducida, falta de entusiasmo por el futuro, alteraciones en los patrones de sueño, variaciones en el apetito o peso corporal, así como una persistente sensación de fatiga o falta de vitalidad. En los casos más graves, incluso pueden surgir pensamientos relacionados con la muerte o el suicidio.
Según los criterios del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), para distinguir estos síntomas de los asociados a un estado emocional bajo normal, es necesario que prevalezcan la mayor parte del día o casi todos los días, durante un período mínimo de dos semanas. Estos síntomas deben generar un malestar clínicamente significativo en diversos aspectos de la vida del individuo y no deben atribuirse a efectos fisiológicos causados por el consumo de sustancias específicas ni a otras condiciones médicas o psicológicas.
¿Cómo afecta la depresión a la pareja?
Por lo tanto, es común que una persona que enfrenta depresión, además de experimentar los síntomas físicos y psicológicos asociados, también enfrente dificultades en diversos aspectos de su vida, como en lo personal, lo familiar, lo social, lo educativo y lo laboral, entre otros. Inevitablemente, esto también impacta negativamente en su vida íntima, afectando la dinámica de la relación de pareja. El conjunto de síntomas cognitivos y motores vinculados a la depresión a menudo conlleva una disminución en el deseo sexual, problemas con la excitación, obstáculos para alcanzar el orgasmo y una merma en la satisfacción y el placer sexuales.
Además, la carencia de fantasías sexuales (ya que tanto la fantasía como la imaginación en general se ven inhibidas en la depresión) es uno de los factores que más repercusión ejerce en la vida sexual. La relación entre la depresión y la falta de deseo y satisfacción sexual es recíproca, ya que la sintomatología depresiva puede generar tensión y malestar en la pareja, y este malestar a su vez contribuye al surgimiento de más sentimientos depresivos. A nivel emocional y afectivo, las acciones de una persona deprimida pueden generar negatividad y rechazo por parte de su compañero/a (principalmente debido a la falta de comprensión del cambio de comportamiento o a la percepción de frialdad o desinterés), perpetuando así el ciclo de la depresión.
Además de los desafíos en la comunicación y en el ámbito emocional, pueden surgir también complicaciones en la esfera sexual. Por ejemplo, Frohlich y Meston (2002) hallaron que las mujeres con síntomas depresivos experimentaban menos placer en las relaciones sexuales y sentían menos satisfacción en sus encuentros íntimos. En una investigación similar realizada en 2004 con 914 mujeres estadounidenses de entre 42 y 52 años, se observó que aquellas con antecedentes de depresión informaban de menor excitación sexual, menos satisfacción física y emocional en sus experiencias sexuales que las mujeres sin historial de depresión. A pesar de que la frecuencia de relaciones sexuales con la pareja era elevada en todos los grupos (un 80,5% en total informó de actividad sexual con su pareja en los últimos 6 meses), la satisfacción sexual de las mujeres con depresión era notablemente inferior, posiblemente debido a que accedían a las relaciones sexuales más por iniciativa de la pareja que por propia voluntad.
Asimismo, Reddy et al. (2020) examinaron una muestra total de 270 mujeres (135 con depresión y 135 sin depresión) y observaron que el 73,3% de las mujeres con depresión presentaban síntomas de disfunción sexual. Además, el 64,8% de las mujeres deprimidas experimentaba bajo deseo sexual, un 68,9% reportaba problemas de lubricación y dolor, y más del 70% tenía dificultades para alcanzar el orgasmo.
Por otro lado, es esencial recordar que los medicamentos empleados en el tratamiento de la depresión (principalmente antidepresivos) pueden afectar la sexualidad como efecto secundario. Aunque los psicofármacos son comúnmente considerados como el tratamiento de elección para la depresión, suelen tener un impacto directo en la libido, llevando a disfunciones sexuales y una disminución en el deseo sexual. En un ensayo clínico dirigido por Harrison y Rabkin sobre los efectos del tratamiento con antidepresivos, se constató que entre el 30% y el 40% de los pacientes que tomaban estos medicamentos reportaron una reducción en su deseo sexual.
Consejos para mejorar la relación de pareja si hay depresión
Tal como has podido apreciar, la depresión puede tener un impacto profundo y limitante en la calidad de vida de la persona afectada, así como en sus relaciones cercanas, especialmente en la relación de pareja. Aunque no sea sencillo, aquí te proporciono algunos consejos que pueden ayudar a mitigar los efectos adversos de la depresión en tu relación y vida sexual, tanto para ti como para tu pareja:
- Comprende la depresión: Es esencial comprender en qué consiste la depresión, sus síntomas y cómo se manifiesta en la vida diaria. Evita caer en mitos sobre salud mental y depresión. La depresión va más allá de la tristeza y el llanto; es un trastorno que influye en la percepción y el pensamiento. Cuanta más información tengan sobre esto, será más fácil entender las conductas del otro y comprender lo que está experimentando tu pareja (o tú mismo/a).
- Comunicación abierta de sentimientos: Dialoguen sobre sus preocupaciones y emociones. Permítanse compartir inquietudes y malestares, y propongan soluciones que puedan beneficiar a la relación. Escucharse y respetar las emociones del otro, expresándose con libertad y sin juicios, es crucial para mantener una comunicación efectiva.
- Dediquen tiempo para estar juntos: Busquen momentos en los que ambos se sientan mejor para estar en compañía. Si, por ejemplo, las mañanas son un buen momento, compartan el desayuno y tiempo juntos en ese momento. Si prefieren la noche, pueden preparar una cena especial. Pasar tiempo juntos fortalecerá su conexión y tendrá un impacto positivo en su estado de ánimo.
- Paciencia y comprensión: Empaticen y reconozcan que la depresión no se supera de la noche a la mañana, y que es posible que los malestares persistan durante un tiempo. Mantenerse en el presente, ser pacientes con el proceso y brindar apoyo incondicional son acciones cruciales para apoyar el proceso de recuperación.
- Reintegren gradualmente la actividad sexual: La depresión puede afectar significativamente el deseo sexual, por lo que es importante no apresurarse a reanudar la vida sexual. Eviten presionar a tu pareja (o a ti mismo/a) en este aspecto.
- Exploren nuevas formas de intimidad: Crear un ambiente propicio, compartir caricias, besos, disfrutar de cenas románticas o relajantes baños pueden mejorar la intimidad. Busquen diferentes maneras de conectarse emocionalmente, recordando que la intimidad no se limita a la penetración.
- Empleen recursos para mejorar la sexualidad: Si desean tener relaciones sexuales pero encuentran dificultades (como falta de lubricación o dolor), pueden recurrir a lubricantes a base de agua o probar suplementos enriquecidos con maca, damiana o vitamina B6, que han demostrado beneficios para mejorar la libido en mujeres.
No obstante, si sospechan que tú o tu pareja podrían estar enfrentando depresión, lo más importante es buscar ayuda profesional de psicólogos y expertos en salud mental. Obtener terapia psicológica, especialmente terapia cognitivo-conductual, tanto individual como en pareja, puede ser una opción valiosa para tratar la depresión. Encontrar un terapeuta con quien te sientas cómodo/a o con quien tu pareja se sienta cómoda para iniciar la terapia es un paso fundamental hacia una recuperación adecuada de la depresión.