¿Cómo es un Ataque de Ansiedad? Signos, síntomas y cómo manejarlo

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Detectar un episodio de ansiedad resulta sencillo para un profesional en psicología, pero para aquellos que lo experimentan por vez primera, la identificación puede complicarse. En realidad, en medio de una crisis de angustia, el individuo a menudo concibe que está enfrentando un problema grave. Una reacción común es la creencia de padecer un evento cardíaco, sentirse al borde de la muerte o incluso cercano a desmayarse, perder el control o enloquecer.

El primer paso fundamental consiste en asimilar que un ataque de ansiedad, aunque sumamente desagradable, no reviste peligro real. Al aprender a conectar con nuestras emociones y gestionarlas, podemos avanzar más allá de estos episodios. En Toraño Palacio proponemos ayudarte a comprender la raíz de tu ansiedad y las emociones subyacentes. Implementamos las metodologías más innovadoras para que puedas superar el trastorno de pánico. Ya no es necesario tolerar sucesivas crisis de ansiedad. La solución podría estar a tu alcance. Permítenos brindarte nuestra asistencia.

Síntomas de un ataque de ansiedad

En muchas ocasiones, lo más desafiante radica en reconocer plenamente un episodio de ansiedad. A menudo, las personas que atraviesan un ataque de ansiedad tienden a interpretarlo como un problema cardíaco debido a la intensidad y desagradables sensaciones que se experimentan en el transcurso del evento.

La característica principal de una crisis de angustia implica la aparición momentánea y aislada de un intenso temor o malestar, acompañado de al menos cuatro de los siguientes síntomas somáticos o cognitivos:

  • Palpitaciones, latidos cardíacos acelerados o aumento de la frecuencia cardiaca
  • Sudoración
  • Temblores o sacudidas
  • Sensación de asfixia o dificultad para respirar
  • Sensación de atragantamiento
  • Opresión o malestar en el pecho
  • Náuseas o molestias abdominales
  • Inestabilidad, mareos o sensación de desmayo
  • Despersonalización (sensación de estar desconectado de uno mismo) o desrealización (sensación de irrealidad)
  • Miedo a perder el control o volverse loco
  • Miedo a morir
  • Parestesias (sensación de hormigueo o entumecimiento)
  • Escalofríos o sofocos

Si estas crisis se vuelven recurrentes y comienzas a preocuparte durante más de un mes acerca de experimentar otro ataque de ansiedad, considerando sus posibles implicaciones y consecuencias, o si tu comportamiento empieza a cambiar significativamente debido a estas crisis, podría indicar la presencia de un trastorno de angustia o trastorno de pánico.

Consecuencias de un ataque de ansiedad

El principal riesgo para alguien que experimenta un ataque de ansiedad no radica en la posibilidad de fallecer (nadie muere como resultado de un ataque de ansiedad), sino en el potencial desarrollo de agorafobia. Exploremos la razón detrás de esto:

Un episodio de pánico surge de manera abrupta e impredecible, en la mayoría de los casos, sin una causa evidente. Una vez que alguien ha vivenciado un ataque de ansiedad, es común que comience a temer experimentar otro, lo que da lugar a lo que conocemos como «miedo al miedo». Esta espiral de temor perpetúa el trastorno.

La inquietud ante la posible repetición del ataque de ansiedad incrementa el nivel general de ansiedad en la persona, predisponiéndola a sufrir más episodios. Además, dado que no se identifica una causa directa para el episodio, el lugar donde ocurrió tiende a asociarse con la ansiedad misma. Esto lleva a evitar ciertas situaciones o lugares, o a buscar seguridad externa, como estar acompañado o tener un hospital cercano en caso de una emergencia.

Sin embargo, dado que la causa subyacente de la ansiedad no se aborda, la persona en realidad agrava su situación: los ataques de ansiedad continúan manifestándose, la inseguridad y la dependencia aumentan, y la calidad de vida se reduce al no poder llevar una vida normal debido al constante miedo.

Causas de las crisis de ansiedad

Aunque la raíz física de los ataques de ansiedad se localiza en la hiperactivación de la amígdala, que se activa al percibir situaciones como amenazantes, el enfoque crucial para resolver este problema radica en desentrañar por qué o con qué propósito se activa en nosotros la señal de alarma o amenaza en respuesta a estímulos que objetivamente no representan un peligro.

A pesar de que la persona que experimenta una crisis de ansiedad suele buscar la causa en los momentos inmediatamente previos al ataque de pánico, en realidad, la fuente de su ansiedad no se encuentra allí. En todo caso, lo que puede ocurrir es que una situación específica desencadene el ataque de ansiedad, pero es nuestro inconsciente el que mantiene nuestro estado de alerta y cualquier pequeño estímulo que percibimos como «amenazante» puede actuar como «la gota que colma el vaso», aunque no constituye la causa fundamental del problema.

En el fondo de los ataques de ansiedad siempre subyace una sensación o creencia, consciente o inconsciente, de que hay algo en nuestra vida con lo que no podemos lidiar, algo que escapa a nuestro control, algo que sentimos que no podemos abordar con los recursos disponibles.

Mediante el tratamiento psicológico, se logra descubrir el origen genuino del trastorno de pánico, al tiempo que se provee a la persona de estrategias y herramientas para manejar su ansiedad y, en última instancia, su vida. Esto se lleva a cabo no desde la perspectiva del miedo y la evitación, sino desde una posición de seguridad y confianza.

Tratamiento psicológico para los ataques de ansiedad

¡Libérate de esa constante amenaza, toma las riendas de tus emociones y comienza a respirar PAZ interior!

En “Toraño Palacio” te acompañaremos en el proceso de alcanzar el dominio interno sobre tus emociones.

Te guiaremos a descubrir las auténticas causas de la ansiedad y a vencer tus. Nuestro trabajo abarca no solo el ámbito cognitivo y consciente, sino también el plano subconsciente y emocional, con el objetivo de abordar la raíz del problema.

Nerea Gutiérrez

Soy psicóloga general sanitaria por la Universidad Europea. Cuento con una amplia experiencia en evaluación e intervención tanto en adultos, adolescentes y niños como en terapia de pareja. Me gusta estar actualizada de las terapias más novedosas, por lo que estoy en continua formación.

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